Creación y edición de EVAs

Aunque es una práctica común en varias organizaciones, existen tres equipos encargados del desarrollo de contenidos para el elearning: Los expertos en el área del conocimiento, los expertos en tecnología y los intérpretes en comunicación.  Estos 3 profesionales trabajan en conjunto para crear un entorno virtual de aprendizaje, planificado en base al conocimiento del primero, a las herramientas propuestas por el segundo y a la capacidad de interacción y comunicación del tercero para lograr que todo fluya de manera adecuada.

Según el modelo PACIE, este proceso es válido durante el período de transición que existe entre los tutores migrantes digitales sin experiencia en la virtualidad y aquellos tutores que han empezado a tomar las riendas de la tecnología y reducir la brecha existente con los nativos digitales.

Hoy en día es indispensable que las competencias digitales en un docente sean la prioridad, no por la importancia de la tecnología como tal, sino porque hoy la tecnología es una herramienta obvia y que se encuentra inmersa en todos los aspectos de la vida diaria y por supuesto, es parte absoluta de los procesos de educación.  Si al hablar de educación además, hablamos de modalidades que utilizar la virtualidad como uno de sus componentes, la tecnología se convierte en obligatoria.

Un docente que ponga su conocimiento para que otros creen las aulas, ocasiona pérdida de experiencia en la decisión de las herramientas tecnopedagógicas adecuadas.  Ya aquí la pérdida es irreparable, dado que uno de los elementos por los cuales no podemos ser reemplazados por la tecnología es la experiencia docente.

Crear aulas virtuales, tiene el día de hoy, la misma importancia que utilizar un ordenador y un proyector hace una década o utilizar recursos didácticos físicos y la pizarra en el siglo anterior.  Sin embargo no debemos confundirnos, ya que el ejercicio de crear aulas virtuales, no habla del uso tecnológico de esos recursos y herramientas, sino de la capacidad tecnopedagógica de utilizarlos con conciencia respecto a los objetivos que buscamos en el desarrollo de competencias de los estudiantes que la utilizarán.

Como vimos en los temas anteriores, las aulas van mejorando, cambiando y evolucionando, de la misma manera, las técnicas, métodos y metodologías van adaptándose a esta transformación digital impetuosa.  El docente debe tener las destrezas necesarias no solo de crear aulas, sino de editarlas, modificarlas, adaptarlas y hacerlas evolucionar según las características del conocimiento compartido, de la tecnología usada y de los objetivos buscados.

Una pregunta obligatoria sería ¿Cuál LMS usar? y si buscamos una respuesta específica para enfocar nuestra capacitación, entonces continuaremos anclados a un proceso educativo estático.  La tecnología evoluciona y es algo que hemos repetido de forma constante, eso la vuelve inestable y si tomamos esta inestabilidad como una variable, el depender de una sola plataforma LMS constituye en un riesgo.  Obviamente aprender a usar todos los LMS no es una solución, pero si lo es el ampliar la estructura del aprendizaje de los docentes.

Capacitar para que usen una determinada plataforma o recurso no es lo adecuado, mientras que capacitar para que el docente obtenga las competencias de investigación adecuadas sobre las cuales se sostenga para entender el funcionamiento de una herramienta X o una plataforma Z, le permitirá tener solvencia permanente sobre cualquier recurso tecnológico que llegue a sus manos.  El constructivismo, el conectivismo, el autoaprendizaje y la sociedad del conocimiento son indispensables para lograr este objetivo.